
Mía ha viajado por primera vez a la playa. El viaje ha sido un éxito, se ha portado muy bien y no ha habido ningún contratiempo.

Todo el camino ha ido dormida en su transportin, a ratos abría los ojitos, observaba la situación y acto seguido los volvía a cerrar. No nos han prohibido el paso en ninguna cafeteria, claro que ella iba en su casita.

Al llegar, tenía mucha prisa por examinar y conocer todo a su alrededor, pero en pocas horas se relajó y empezó a disfrutar del ambiente.

En las playas no dejaban bañarse a los perritos, así que esta vez no ha probado el agua. En la próxima ocasión intentaremos que lo haga.

Esta rubia ha recibido montones de piropos y miraditas, claro que tenía el guapo subido.

La brisita del mar no le hacía mucha gracia, sobre todo cuando le daba de espaldas, iba continuamente mirándose el culete.

Por la noche caía rendidita después de todo el día por ahí de pingo.

En pocas ocasiones conseguíamos que se sentase, ella prefería la actividad.

Parábamos para descansar y ella se dedicaba a saludar a todos los amiguitos que se iba encontrando, que eran bastantes.

En una de las terrazas en que nos sentábamos a tomar algo, les ponían a todos los perritos un bol con agua. Los propietarios eran extranjeros.

Ha tenido durante todo el día alguien con quien jugar, estaba feliz de la vida.
La verdad es que para ser el primer viaje, lo ha superado con sobresaliente, esperemos que los que vengan sean, por lo menos, como este.

Bueno, después de tanto relax, Mía no quería volver (más bien nosotros no queríamos volver), pero habrá que esperar a las próximas vacaciones.....